Hola de nuevo estamos por aquí y después de leer lo que un compañero cazador nos redactó en el periódico que pueden ver en este link:
Me acordé de una historia que me habían contado hace mucho tiempo; bueno esto que les voy a contar es una historia y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Esta es la historia de un cazador que nunca había asistido a sus asambleas de su tecor porque sus amigos le decían que ellos tampoco iban a ellas.
Un día les pregunto:
“¿por que no vais a las asambleas ?”
y ellos le respondieron:
“Total para que vamos a ir si allí los 4 amigos hacen lo que quieren ellos.”
Un poco mosqueado y al mismo tiempo intrigado se decidió asistir a una de ellas; bueno lo primero en lo que se dio cuenta; es que todos escuchaban y nadie decía nada. Escuchaba un montón de tonterías sin pies ni cabeza, ni fundamentos que avalasen los que decían y nadie decía nada. Cuando llego la hora de votar, también pudo comprobar que los primeros en votar eran la mesa directiva, su presidente y sus amigos más cercanos. Pasados unos instantes los que tenían las manos levantadas miraban fijamente a los poquitos que no habían votado y estos poco a poco iban levantando sus manos en señal de aprobación.
Se estaban votando cosas que ponían en peligro el bienestar de la sociedad, incluso aprobando cosas que no podían; porque los estatutos se lo impedían, como dar de alta en el tecor a socios sin tierras dentro del tecor.
Tampoco se tenían constancia de las invitaciones vendidas y el dinero recaudado con comprobantes.
Y un monto de cosas mas que lo pusieron muy mosqueado.
Bueno este cazador se va al monte el primer día de caza y observa cazadores que no podían ser socios del tecor y estaban cazando. Cuando unos días mas tarde vuelve al monte; ya no puede cazar en esa zona, porque los invitados que su presidente deja cazar en el coto están cazando donde el cazaba desde niño con su padre. Tiene que marcharse para otra zona y medita muy seriamente lo sucedido.
Pasados los días se encuentra con sus amigos cazadores, le comenta lo sucedido y sus experiencias en la asamblea.
Uno de sus compañeros le dice:
“ves por eso nosotros no vamos para escuchar tonterías y además no te van dejar hablar.”
Este cazador les dice:
“bueno yo tuve que marcharme de la zona donde cazaba porque había unos invitados y unos socios que no podían ser socios; pero aun así los han dado de alta. Creo que es muy triste que yo como vosotros que pagamos el tecor tengamos que irnos del lugar donde hay algún conejo para que cacen los amigos del presidente y sus compinches.”
Bueno uno de ellos le contesto:
“Tienes razón es muy triste pero para que esto no suceda teníamos que ir todos a la asamblea y expulsar al presidente y a sus compinches. Además sancionarles por el mal que han hecho durante estos años a nuestro tecor. Eso querido amigo no sucederá porque los cazadores somos muy valientes en el bar, en la calle; pero dar la cara para luchar por nuestros derechos somos muy cobardes.”
Otro compañero le dijo:
“Eso no es nada amigo mío, sabes que tu y yo para ir a cazar a otro coto tenemos que pagar; pues el presidente y sus compinches se van a otros cotos gratis invitados; porque en los otros cotos sucede lo mismo que en el nuestro. Eso si es una pena y triste al mismo tiempo amigo mío.”
El cazador les vuelve a decir:
“Bueno pues entonces esto ya no es cazar, es algo muy serio y triste porque se están riendo de nosotros.”
Le vuelve a contestar uno de sus amigos diciendo:
“No lo mas triste de todo ello es que ; los que tienen que imponer la ley y hacerla cumplir pasan de todo este tema.”
El cazador les pregunta de nuevo:
“Entonces ¿nadie nos defiende?, me queréis decir que los cazadores como nosotros estamos solos.”
Se quedan mirando los unos a los otros y uno de ellos dice:
“Así es; tu lo has dicho estamos solos. Bueno sabéis lo que os digo: lo mejor es no hacer nada dejar que todo se caiga por su peso. Es decir que estos hagan lo que quieran hasta que la caza desaparezca; pues una vez se termine la caza. Esta gente como nuestro presidente y sus compinches. también abandonaran nuestros montes, tecores, cotos, asociaciones , etc “
El cazador los mira y exclama:
“Tenéis razón en vuestras palabras; pero sabéis lo que os digo, que no vale la pena luchar por quienes no te apoyan y de esa forma tenemos lo que nos merecemos, el presidente y los compinches que nos merecemos. Cuando nuestros compañeros se despierten y se den cuenta como nosotros nos hemos dado cuenta de que hace tiempo que toda esta gentuza se estuvo y estará riéndose de nosotros los cazadores; ya sera muy tarde para reaccionar. Además os digo que se podrán reír de nosotros, desangrarnos económicamente, aburrirnos de ser socios, exterminar la caza; pero con lo que no serán capaces es de borrar ese sentimiento, ese instinto que mis antepasados me han transmitido genéticamente que es cazar y ser un cazador.
Amigos míos los cambios no los podemos hacer nosotros solos, necesitamos el resto de compañeros para hacernos fuertes y cambiar las cosas. Si los demás no nos apoyan es que están contentos con lo que tienen o lo que es peor que su cobardía les impide luchar por sus derechos y se dejan pisotear.
Pasados los años la situación del tecor fue cada día a peor.....................
bueno esta es una historia que me han contado; pero cualquier parecido con la realidad como he dicho al principio es pura coincidencia. No os preocupéis porque la caza en Galicia va muy bien ¿verdad.? Esto que nos ha redactado este compañero quizás sea un sueño suyo lo que dice que sucede en su tecor. Bueno yo personalmente como no se nada de estas cosas le creo y además observo que debe estar muy enfadado y con mucha razón si es cierto lo que expresa. Todas estas personas que luchan por defender nuestros derechos sin recibir nada a cambio son dignos de ser admirados y de que dejemos nuestra cobardía aun lado y apoyarles para que cambien las cosas de una vez por todas.
ver artículo en Unitega.
Manuel Villanueva