La caza la considero una actividad cinegética y no un deporte; en el deporte casi siempre existe una competencia entre participantes. Esa competencia hace que muchos cazadores se olviden de lo que es ser un cazador y crean que el que más piezas tenga colgadas en su cinturón será mejor cazador. Yo la considero una actividad cinegética y también que somos un depredador más ante las especies cinegéticas. La diferencia radica en que nosotros debemos hacer una gestión cinegética bien controlada para poder practicar la caza y al mismo tiempo no perjudicar las especies cinegéticas y no cinegéticas de nuestros montes, preservando así la biodiversidad para nuestros descendientes.
La administración hace tiempo tomo la decisión de delegar la responsabilidad de
la caza en unas asociaciones de cazadores llamados cotos y después llegaron los
tecores que lo único que les diferencia de los cotos es su extensión de terreno.
Tanto los cotos como los tecores deben pasar una información sobre el estado,
mantenimiento, mejoras, etc. del terreno que se les fue concedido por la administración.
Esta información presuntamente está manipulada y con datos erróneos que
benefician a los cotos o tecores. Creo que si los cotos o tecores funcionasen
como dice la ley de caza y para lo que realmente fueron creados; estoy
convencido que harían un gran servicio a la caza, a los cazadores y a nuestra
biodiversidad. Los motivos por los que creo que no funcionan son los siguientes:
Directivas y presidentes sin los mínimos conocimientos, solo con afán de
protagonismo y sin escuchar a los demás. Los socios no asisten a las asambleas
y critican fuera de ellas. A los socios solo les importa que abra la temporada
de caza e ir al monte a tirar tiros. Los pocos socios que se atreven hablar en
las asambleas son criticados y a veces hacen enemigos solo por exponer sus
comentarios o quejas. Los cazadores gallegos creen que por pagar las cuotas no
tienen por qué trabajar en la gestión del tecor o coto. Quizás poniendo cada
uno su granito de arena en la gestión y mantenimiento del coto o tecor las
cosas mejorarían. La gente seria y responsable que sería idónea para ser
presidente o miembros de las directivas no se presentan. Cuando en los tecores
piden que se pongan presidentes y directivas esta gente seria no se presenta;
pues entiendo que un presidente debe contar con socios serios y responsables
cosa que no ocurre en nuestros tecores o cotos.
Presentándose así gente que lo único que busca es protagonismo y sin
conocimientos que es lo más triste. Creo que el presidente es un mero
representante y los demás deben ayudar en el funcionamiento y tomar decisiones
mediante las votaciones. Las votaciones son a manos alzadas y no secretas. Esta
es otra forma de impedir que los socios manifiesten libremente su voto o apoyen
propuestas. Falta de seriedad en las asambleas y creen que con 1 ó 2 asambleas
al año se puede gestionar un coto o tecor.
La administración debería involucrarse más en la gestión de los cotos o
tecores; pues debería sancionar a quienes no cumplen la ley y premiar a quienes
la cumplen. Estos y otros tantos motivos hacen que los cotos y tecores no
funcionen y nos hagan sentir vergüenza a quienes nos consideramos cazadores,
enfrentándonos con la sociedad.
También cuando don dinero, política, intereses personales, intereses
económicos, etc. entran en la caza esta deja de ser caza y pasa a ser
mercantilismo. Nacen así asociaciones, federaciones, etc. que dicen luchar por
la caza y los cazadores. Hasta la fecha por lo único que parece que luchan es
por sus intereses y por el afán de hacer y mantener socios. Ahora los cazadores
pagamos a muchos para no hacer nada por la caza ni por nosotros los cazadores;
cuando antes con la simple licencia de caza, permiso de armas, y un seguro se
podía cazar libremente en toda Galicia.
Autor: Manuel Villanueva.
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